Un cine recién liberado de la censura

En la década de 1900, los primeros camarógrafos de Lumière y Pathé viajaron libremente por lo que se convertiría en el Reino de Arabia Saudí, captando imágenes de peregrinos camino de La Meca. Pero aparte de estas pocas imágenes, y de un puñado de documentales en la primera mitad del siglo XX, hay que decir que Arabia Saudí es relativamente pobre en términos de producción cinematográfica. Esto se debió a la falta de inversión, seguida de una política de prohibición total del séptimo arte a mediados de los años ochenta. Esta censura provocó la quiebra y el cierre forzoso de muchos de los cines del país, dando lugar a un desierto cinematográfico total durante casi treinta años. Durante este periodo, los cinéfilos tuvieron que recurrir a la televisión por satélite, o a los pocos restaurantes que desafiaron la prohibición para proyectar películas a sus clientes deseosos de descubrir cosas nuevas. Hubo que esperar hasta finales de 2008 para que se volvieran a organizar proyecciones cinematográficas, para regocijo de los cientos de espectadores que asistieron a las primeras proyecciones. Así pudieron descubrir en pantalla grande el primer largometraje saudí, que sólo se había estrenado en televisión dos años antes: Keif al-Hal? (¿Cómo estás?), de Izidore Musallam (2006), protagonizado por la actriz saudí Hind Mohammed. Ese mismo año se estrenó Cinema 500 km, una aguda comedia de Abdullah Al-Eyaf que pone de relieve lo absurdo de la situación cinematográfica del país. Una situación que lleva al protagonista a viajar a Bahrein para descubrir su amor en la gran pantalla. Entre las películas destacadas se encuentra Wadjda (2012), de Haifaa al-Mansour. Primera película rodada íntegramente en territorio saudí, es también el primer largometraje de esta cineasta tan criticada como alabada en su país natal. La película fue seleccionada para el Festival de Venecia, y desde entonces su directora ha disfrutado de una carrera internacional. Merece la pena ver obras como Wadjda y La candidata perfecta, de Haifaa al-Mansour, y el renacimiento del cine saudí está definitivamente en marcha.

Riqueza de habitaciones y carrera por el lujo

En Arabia Saudí, la reapertura de las salas de cine se confirmó definitivamente a finales de 2017. Desde entonces, nuevos grupos se han instalado en el país, recorriendo las principales ciudades para acoger cada vez a más cinéfilos. Las superproducciones estadounidenses, indias y de Oriente Medio son las películas que llenan las salas, y el cine saudí está cada vez más presente. Para conquistar al público, los exhibidores compiten entre sí para crear complejos cada vez más lujosos. El grupo Muvi Cinemas, por ejemplo, fundado en 2019 en Riad, es un maestro en el arte de los cines boutique. Toda una experiencia, sobre todo cuando uno se encuentra frente a la pantalla LED Onyx de este cine de última generación en Yeda. Es una tecnología lo suficientemente rara como para merecer una mención, y quizás represente el futuro del cine. Si es así, una cosa es segura: Arabia Saudí no se quedará atrás.