Nacimiento
El archipiélago portugués ha tenido una baja tasa de fecundidad y una disminución de la tasa de natalidad desde el decenio de 2000, a pesar de que el número de nacimientos en 2017 aumentó en un 5,5% en comparación con el año anterior. Además, casi el 54% de esos nacimientos se inscribieron fuera del matrimonio (el 29,9% con los padres que cohabitan y el 24,4% sin cohabitación). Al igual que en otros países europeos, la edad media del primer parto es ahora de 30 años. Las mujeres también están teniendo menos hijos (el promedio de hijos por mujer en Madeira es inferior a la media nacional), lo que está en consonancia con la disminución de la población portuguesa en los últimos decenios
Boda
Por lo que respecta a la unión, la edad media del primer matrimonio oscila entre 31,3 años (para las mujeres) y 33,4 años (para los hombres). En 2017 se celebraron 962 matrimonios en la Región Autónoma de Madeira y la tasa bruta de matrimonios fue de 3,8 matrimonios por cada 1.000 habitantes. De estas uniones, 311 se celebraron según el rito católico (en comparación con 627 matrimonios civiles), lo que representa el 33% de los matrimonios celebrados en el archipiélago
Familia
La noción de familia sigue siendo aquí, y quizás más que en otros lugares, muy importante. Tiene sus inconvenientes, puede ser una camisa de fuerza para algunos, pero conecta las generaciones. Sin embargo, las mentalidades están cambiando. En 2011, fecha del último censo, los hogares monoparentales representaban el 19,7% de todos los hogares de Madeira, un nivel 14,9% superior al nacional. Las familias reconstituidas representan el 6,2% de todas las parejas con hijos. Además, también según las estadísticas, el número medio de personas por familia tiende a disminuir (2,85 personas por familia).
Escolarización
Ha hecho grandes progresos en los últimos 20 años. Pero Madeira sigue siendo una de las regiones menos educadas del país, justo después del archipiélago de las Azores, que tiene una tasa de matrícula del 17,4%. La Región Autónoma de Madeira sigue siendo una de las regiones menos cualificadas de Portugal (casi el 40% de la población tiene un nivel básico de escolaridad), con una tasa de deserción escolar también superior a la media nacional. En 2016, el 23,2% de los jóvenes de 18 a 24 años habían abandonado la escuela sin haber completado la educación secundaria. Pero volvamos a los progresos realizados en los últimos años: en 1998, el 24,8% de la población mayor de 15 años no tenía ningún tipo de escolaridad. Para 2018, esa cifra había disminuido drásticamente al 7,4%. La matriculación de jóvenes en la enseñanza secundaria y postsecundaria también ha aumentado del 8,9% al 20,2% y del 2,6% al 15,9% en la enseñanza superior.
