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Parques nacionales y biodiversidad

Kosovo cuenta con diferentes tipos de zonas protegidas que cubren más del 10% de su territorio. En particular, hay dos parques nacionales en el país.

El Parque Nacional de los Montes Šar: situado en el sureste del país, protege los Montes Šar y su rica biodiversidad de fauna (mamíferos, aves) y flora.

El Parque Nacional de las Montañas Malditas (Bjeshket e Nemuna): situado al oeste del país y fronterizo con Albania y Montenegro, es conocido por sus ecosistemas montañosos. Está clasificada como zona de importancia internacional para las aves.

Las principales causas del declive de la biodiversidad, documentadas por la IPBES, una plataforma de expertos internacionales en la materia, son la contaminación, la sobreexplotación de las especies, el cambio climático, la destrucción del hábitat y las especies invasoras. Kosovo se ve afectado por la mayoría de estos factores, sobre todo por la deforestación y la rápida urbanización. El país también se enfrenta a una importante contaminación ambiental, relacionada con la mala gestión del agua y los residuos, pero también con la actividad industrial asociada a una pesada herencia del periodo yugoslavo.

Retos del agua

La cuestión del agua tiene varias dimensiones en Kosovo. La contaminación de los cursos de agua es importante, vinculada a la insuficiencia de los sistemas de tratamiento de aguas residuales y de las instalaciones de tratamiento de residuos. La cuestión de los recursos hídricos también es importante en un país que lleva varios años sufriendo sequías y es aún más vulnerable al cambio climático.

Una responsabilidad medioambiental

El país ha heredado del periodo titista un pasivo ambiental ligado a las actividades industriales y extractivas que han provocado la contaminación del entorno natural. También se dice que la guerra de Yugoslavia tuvo repercusiones medioambientales, especialmente durante los bombardeos de la OTAN en 1999, con el uso de municiones de uranio empobrecido.

La cuestión candente del carbón

El país sigue siendo extremadamente dependiente de los combustibles fósiles. Más del 90% de la electricidad producida procede de dos centrales eléctricas de carbón, situadas en Obiliq, cerca de Pristina. Estas dos plantas, conocidas como Kosovo A y Kosovo B, se construyeron durante el periodo yugoslavo y son el resultado de la extracción de lignito. Las centrales térmicas, además de emitir gases de efecto invernadero, liberan agentes nocivos para la salud humana y el medio ambiente (dióxido de azufre, polvo, partículas finas) con niveles que superan ampliamente los valores umbral recomendados por la OMS. El estado ruinoso de las instalaciones, unido a la falta de sistemas adecuados de tratamiento de efluentes, contribuye a la propagación de la contaminación. Los habitantes y empleados de las centrales tienen un asiento en primera fila. Pristina es una de las ciudades más contaminadas de Europa. En 2013, el Banco Mundial estimó que las externalidades negativas vinculadas al carbón (es decir, el coste de las molestias medioambientales y sanitarias) representaban casi el 7% del PIB del país. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, el número de muertes prematuras relacionadas con la contaminación atmosférica en Kosovo se estima en 3.700. Se trata de una situación preocupante en un país donde la esperanza de vida es una de las más bajas de Europa.

El bajo precio del carbón en Kosovo ha contribuido al mantenimiento de este sector energético (con un 10% del carbón de lignito de los Balcanes exportado a la Unión Europea), y al desarrollo de una importante actividad de minería de criptomonedas, una actividad muy intensiva en energía pero muy lucrativa. El país no parece haber iniciado su transición energética, a pesar de la presión internacional. Kosovo estaba considerando la construcción de una tercera central eléctrica de carbón, con el proyecto Kosova e Re (Nuevo Kosovo), apodado "Kosovo C" por sus críticos. El objetivo declarado era que el país fuera autosuficiente en materia de energía. Sin embargo, el Banco Mundial rechazó la financiación del proyecto. Kosovo, que tiene que importar el 40% de su electricidad, se encontró en una situación paroxística en el invierno de 2021, cuando la central eléctrica Kosovo I tuvo que cerrarse en diciembre por obras. En una situación de escasez, dificultad de suministro (gas ruso) y subida de precios, el gobierno declaró el estado de emergencia, dando derecho a cortar la electricidad. También se ha decidido prohibir la minería de criptomonedas en enero de 2022. Ante esta situación de crisis, se han producido manifestaciones contra el gobierno.

Creciente concienciación medioambiental

El activismo medioambiental está creciendo y empieza a encontrar apoyo político, una tendencia que se observa en todos los Balcanes. La gestión del agua y los residuos sigue siendo un problema importante en Kosovo, con insuficientes instalaciones de tratamiento. Esto conduce a la contaminación del entorno natural, especialmente de los ríos, con consecuencias medioambientales y sanitarias. Los residuos menos contaminantes son los que no se producen, y las asociaciones hacen campaña para tratar la contaminación y reducirla en su origen. Por ejemplo, la asociación Let's Do It Peja está poniendo en marcha operaciones de sensibilización para los habitantes de la ciudad de Peja sobre la reducción y clasificación de residuos, así como proyectos transfronterizos relacionados con el río Drin. La Universidad de Pristina ha desarrollado competencias en ciencias medioambientales. A finales de 2021 se resolvió con éxito un litigio entre dos activistas medioambientales y una empresa austriaca, Kelkos Energy. Los dos activistas habían planteado en las redes sociales su preocupación por el impacto medioambiental y la legalidad de una central hidroeléctrica proyectada y fueron demandados por difamación. La empresa finalmente se echó atrás y retiró la demanda. Las acciones de la empresa fueron señaladas por las ONG (entre ellas Amnistía Internacional) como una "demanda de amordazamiento", una medida destinada a silenciar la protesta pública.